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ASCANA Y LA GRAN VÍA DE BILBAO

Ene 2011

La falta de locales disponibles dispara los traspasos. Cos, de H&M, pagará 20.000 euros al mes por el edificio donde fracasó Diesel.
Bilbao vive, como Madrid y Barcelona, una paranoia comercial. Con la crisis provocando en el sector los mayores estragos de las últimas décadas y asfixiando numerosos negocios, la Gran Vía saca pecho y desafía estos tiempos de escaso entusiasmo consumista mostrando una frenética actividad comercial. La principal arteria de la capital vizcaína vuelve a desplegar un extraordinario magnetismo tanto entre firmas nacionales como internacionales. Hace oídos sordos a los augurios más pesimistas que se cernieron no hace demasiado tiempo cuando marcas exclusivas como Loewe hombre, Calvin Klein, La Perla y, más recientemente, las juveniles Replay y Diesel huyeron en desbandada incapaces de encajar su oferta en una ciudad que siempre ha vendido estilo y clase. Las aperturas y cierres se suceden ahora de forma vertiginosa.