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Eduardo Rivero, fundador de la consultora Ascana, especializada en locales comerciales de las principales calles europeas, vive con asombro el boom inversor y los precios que se están pagando en el sector de los locales comerciales, un terreno que estaba reservado a inversores particulares e institucionales y en el que han entrado los grandes fondos extranjeros.

Los fondos no invierten en base a la rentabilidad que ofrecen estos activos, sino como valor refugio. “Todas las grandes operaciones que hemos visto este último año se han cerrado con una rentabilidad para el inversor por debajo del 4%, que es lo más atípico que hemos visto en el sector en los últimos diez años”, indica. “En muchos casos, las expectativas de estos fondos no se va a cumplir porque los inquilinos de los locales comerciales prime son tremendamente selectivos con sus implantaciones”, y añade: “Comprar un local en la acera mala aunque esté en la calle buena es un error. Comprar un local con una configuración difícil en una zona prime es un error. Y comprar un local prime con una superficie equivocada para el tipo de calle donde estás invirtiendo también es un error”.

El gran apetito que existe por los locales comerciales y los precios que se están vendiendo es una consecuencia directa de las ventajas fiscales de las Socimis. Pero el auge de la demanda no ha crecido en paralelo a la recuperación del consumo, que todavía no se ha producido.